Traslado de la Maternal de San Isidro a Ventas

septiembre 1945

En septiembre de 1945, la prisión maternal de San Isidro fue trasladada a Ventas, constituyéndose en departamento diferenciado y ocupando el antiguo dormitorio infantil. Por aquellas mismas fechas se constituía formalmente el llamado “Hospital penitenciario Raimundo Fernández Cuesta”

En septiembre de 1945, cuando ya las Hijas del Buen Pastor habían desalojado el edificio, la prisión de madres lactantes de San Isidro fue trasladada a Ventas, a “un rincón sudoeste del segundo piso”, constituyéndose en departamento diferenciado y ocupando el antiguo dormitorio infantil diseñado en el edificio. Por aquellas mismas fechas se constituía formalmente el llamado “Hospital penitenciario Raimundo Fernández Cuesta” en la misma cárcel, con clínica de obstetricia y ginecología propia.

Presentación de los nuevos médicos forenses de la prisión de madres lactantes en la nueva maternal habilitada en Ventas, con la presencia de Amancio Tomé, inspector-director de las Prisiones de Madrid, y de  la directora María Topete, en el extremo derecho. Finales años cuarenta. Biblioteca de la Dirección General de Instituciones Penitenciarias

La historia de la popularmente denominada “Maternal de San Isidro”, para presas madres con condena firme, con capacidad para ciento veinte reclusas, se remonta a septiembre de 1940, cuando fue habilitada en un hotel de la carrera de San Isidro. Allí fueron encerradas buena parte de las presas madres, encintas o con sus hijos, que hasta entonces habían estado en Ventas –en penosas condiciones- y en otra maternal anterior, la habilitada en 1939 en el antiguo edificio del Instituto Escuela, actual Instituto Ramiro de Maeztu. En el verano de 1941 permanecían encerradas en San Isidro 94 madres y 87 niños.

Por entonces se desempeñaba en la Maternal de San Isidro como jefe de servicios la teresiana María Topete Fernández. Topete había estado encarcelada en la prisión del Conde de Toreno en el verano de 1936 y, finalizada la guerra, había entrado a trabajar en agosto del 1939 en Ventas como auxiliar interina, como pariente o víctima ella misma de la “barbarie roja”. A San Isidro fue enviada ya en septiembre del año siguiente para organizar la nueva prisión, que pasó a dirigir en febrero de 1943.

Prisión Maternal de San Isidro. En el centro, con un niño sobre sus rodillas, María Topete. 1941. Fondo Santos Yubero. ARCM. Sig. 37130.

La Prisión de Madres Lactantes de San Isidro- fue presentada en su momento como un establecimiento modelo, escaparate de la bondad del régimen en su defensa de los valores de la maternidad y de la infancia. Fue sin duda alguna la cárcel femenina más publicitada por los medios oficiales, lo mismo durante su época de prisión independiente que como filial de la prisión central de Ventas a partir de enero de 1941. La misma atención mediática –y objeto de visitas oficiales- seguiría recibiendo a lo largo de los años siguientes, tras su traslado al edificio de Ventas en 1945.

Dormitorio de madres con hijos pequeños en la maternal de Ventas (15/03/1955). Fondo Santos Yubero. ARCM. Sig. 1067.

Una de las reglas básicas del funcionamiento de la Maternal de San Isidro era la estricta separación entre madres e hijos, que solamente podían pasar juntos una hora al día y otra a la tarde, siguiendo la larga tradición del departamento de párvulos de la antigua penitenciaría de Alcalá de Henares. Los niños y las niñas mayores dormían en salas diferenciadas sin contacto con sus madres. El resultado era una prisión de carácter más bien conventual, con un acusado énfasis en el control y disciplina tanto de las presas –comunes y políticas mezcladas- como de sus hijos, que dejaría una honda y dolorosa huella en la memoria de las reclusas. El capellán mercedario Gumersindo de Placer así lo justificaba en 1947, como capellán del centro ya instalado en Ventas:

“Ni todo el día están juntos hijos y madres, ni sería conveniente tal convivencia. A fe de observador y pedagogo, que saldrían ganando las criaturas si muchas veces sólo viesen a sus madres a través de un cristal, para conocerlas, quererlas y mandarlas besos, pero no para sufrir su influencia moral o física”.

María Topete recibió dos medallas de plata al Mérito Penitenciario y la Gran Cruz al Mérito Civil. La fecha de su jubilación en 1965 fue postergada dos años más a petición del entonces ministro de Justicia, Antonio María de Oriol y Urquijo.

Visita de autoridades y exposición de labores de reclusas por el día de la Merced, con María Topete como directora de la Maternal de Ventas ( 24/9/1960). Sig. 18.062.
Niños en la prisión de Madres lactantes en Ventas, 15/3/1955. Fondo Santos Yubero. ARCM. Sig. 1067.
Fuentes: Cita de Victoria Kent a la revista Estampa, en entrevista a Josefina Carabias (25/04/1931); la definición del Lyceum Club, de Amparo Hurtado en su prólogo a las memorias de BAROJA, Carmen (1998): Recuerdos de una mujer de la Generación del 98. Barcelona; MANGINI, Shirley (2001): Las modernas de Madrid. Las grandes intelectuales españolas de la vanguardia. Barcelona; TELO NÚÑEZ, María (1995): Concepción Arenal y Victoria Kent: las prisiones, vida y obra. Madrid; RAMOS PALOMO, María Dolores (1998): «El informe del Congreso Internacional de Estudiantes de Praga o la huella de la Institución Libre de Enseñanza en Victoria Kent (1921)», en Arenal. Revista de Historia de las Mujeres, Vol. 5, nº 2, pp. 423-431. GARGALLO VAAMONDE, Luis (2011): El sistema penitenciario de la Segunda República. Antes y después de Victoria Kent (1931-1936). Madrid.

Traslado de la Maternal de San Isidro a Ventas