Victoria Kent firmó el acta acompañada del entonces director general de Prisiones Manuel Ruiz Maya; el alcalde de Madrid Pedro Rico; el subsecretario de Justicia Leopoldo García-Alas -hijo del novelista Leopoldo Alas «Clarín»- y el arquitecto Manuel Sainz de Vicuña Camino, entre otras autoridades.
Días más tarde se efectuó el traslado de las reclusas de la cárcel de Quiñones, unas setenta, al nuevo edificio. Hacía ya año y medio que Victoria había dimitido de su cargo, por presiones tanto de sectores de su propio gobierno como de la alta burocracia penitenciaria.
Como dato anecdótico, una de las presas dio a luz ese mismo día, a la media hora del traslado a Ventas. Fue atendida por la funcionaria de Prisiones y matrona Catalina Mayoral Arroyo, en noticia ampliamente difundida y recogida gráficamente por el fotógrafo Alfonso.
Las terrazas diseñadas para que las presas madres y sus hijos tomaran baños de sol constituían el elemento más característico de la nueva «prisión modelo», como se refleja en esta imagen: