Trinidad Gallego Prieto (1918-2011)
Nació en 1918, en el seno de una familia de clase trabajadora instalada en la portería que regentaba su abuela en un inmueble del barrio de Salamanca, en la calle Marqués de Villamagna, 11. Hija de costurera y nieta de portera, cuando acabó la escuela -con catorce años- estudió taquimecanografía y francés en una academia del Ayto. de Madrid, y muy pronto entró a trabajar de secretaria en la Cámara de Comercio Inglesa. También estuvo trabajando en uno de los salones de té más elegantes de la capital, el Sakuska, mientras estudiaba para enfermera y matrona.
Con dieciocho años participó en las tareas de ayuda a los niños asturianos refugiados en Madrid tras la revolución de octubre de 1934. Hacia 1935 ya se había afiliado al PCE y, obtenido su título de matrona en octubre de ese año, en febrero del año siguiente formó con varias compañeras un Comité de Enfermeras Laicas que protestó contra el monopolio de plazas de hospital por parte de las órdenes religiosas femeninas, llegando a entrevistarse con la entonces diputada Dolores Ibarruri, en defensa de su petición.
El 17 de julio de 1936, fecha de la sublevación del ejército de Marruecos, la sorprendió en un mítin de Isabel de Palencia, en la Casa del Pueblo de la calle Piamonte. Al día siguiente recibió instrucciones del partido de incorporarse al hospital clínico de la calle Santa Isabel y formar un comité para convertirlo en hospital de sangre que atendiera a los heridos de ambos bandos que ya habían empezado a llegar.
Trinidad Gallego pasó a Sanidad Militar y durante toda la guerra estuvo trabajando en diferentes hospitales como enfermera, casi siempre como quirofanista, que no como matrona.
El 12 de abril de 1939 fue detenida junto con su madre Petra y su abuela Trinidad, que contaba 87 años por aquel entonces. Cuarenta y ocho horas después ingresaban las tres en Ventas. Trinidad recordaría bien el hacinamiento de aquellos primeros tiempos, cuando fueron destinadas a la tercera galería izquierda, a la celda número 7.
Entrevista Barcelona, 30-4-2004
Según su recuerdo, en su celda -diseñada para una o dos personas- dormían en un principio siete mujeres, y después serían más.
Entrevista Barcelona, 30-4-2004
En junio las tres fueron juzgadas y condenadas a treinta años de prisión, como consecuencia de la falsa delación de un vecino del inmueble de la portería. En seguida se incorporó Trinidad a trabajar en la enfermería de Ventas como matrona, y allí fue testigo de la enorme mortandad de niños y de presas madres.
A los pocos meses de su ingreso de Ventas, y precisamente para atender a los niños, Trinidad fue trasladada -en compañía de su madre y de su abuela- a la llamada Prisión Maternal del Alto del Hipódromo, que acababa de ser habilitada en el antiguo edificio del Instituto Escuela, posteriormente instituto Ramiro de Maeztu.
Entrevista Barcelona, 30-4-2004
De allí, en septiembre de 1939, las tres fueron trasladadas a la prisión de Amorebieta (Vizcaya), regida por la orden religiosa de las Hermanas de San José. Allí, Trinidad se las arregló para ayudar en numerosas ocasiones a sus compañeras y asistir partos.
Estando en esa prisión, Trinidad fue trasladada a Madrid para ser nuevamente juzgada, esta vez por una causa diferente, relacionada con su actividad en el hospital de sangre de Madrid, siendo condenada a doce años y un día de cárcel. De regreso a Amorebieta, las tres fueron liberadas a fines de 1941 gracias a una revisión de la sentencia -tramitada gracias a la ayuda de dos antiguas funcionarias republicanas, las hermanas Sánchez Bernedo-, pero con obligación de destierro.
A principios de 1942, Trinidad fue nuevamente detenida en Alicante para ser juzgada por segunda vez por la misma causa del hospital. Otra vez fue a Ventas, y de allí a la nueva prisión maternal de San Isidro, donde se desempeñaría como comadrona. En San Isidro fue testigo de la férrea separación de madres e hijos que imponía su directora, María Topete.
Entrevista Barcelona, 30-4-2004
De la prisión de San Isidro fue liberada en mayo de 1943, solamente cuando las autoridades se apercibieron de la irregularidad de aquel segundo juicio. Todavía a finales de 1946 volvería a ser detenida en Alcaudete de Jaén y juzgada por “auxilio a bandoleros”, por ayudar a un grupo de guerrilleros. La estancia en la prisión de Jaén debilitó tanto su salud que hubo de ser trasladada una vez más a Ventas, convertida por entonces en hospital penitenciario.
De allí salió por fin en julio de 1949, dejando atrás tres estancias en prisión por un total de siete años y ocho meses. A sus treinta y seis años decidió empezar una nueva vida en Barcelona y se instaló en el barrio obrero de Nou Barris. Hasta 1969 no le fueron reconocidos oficialmente los títulos de enfermera y matrona, necesarios para poder trabajar en una clínica oficial. Integrada tempranamente en el PSUC, no abandonaría la militancia hasta su muerte.
En 1996 fue homenajeada junto con otras ex presas –María Salvo, Rosa Cremón, Concha Pérez… – en el acto que la Librería de Mujeres de Madrid organizó para celebrar el 65 aniversario de proclamación de la Segunda República. Ese mismo año concibieron la idea de constituirse en asociación y al año siguiente recibieron el premio Maria Aurèlia Capmany, concedido por la Generalitat de Catalunya.
A partir de entonces, y durante diez años, las llamadas Les Dones del 36 recorrieron la geografía española impartiendo conferencias en institutos y universidades, y participando también en diferentes actos reivindicativos: desde la solidaridad con el movimiento de las Madres de la Plaza de Mayo hasta las movilizaciones contra la guerra de Irak de 2004.
Trinidad Gallego falleció en su casa de Nou Barris (Barcelona) el 9 de noviembre de 2011.
Manuela del Arco Palacios (1920-2006)
Trinidad Gallego, Rosa Cremón y Manola Rodríguez, en una manifestación a favor de las Madres de la Plaza de Mayo, con Hebe de Bonafini, s/f. Associació Les Dones del 36.
Foto de grupo de las fundadoras de la Asociación Les Dones del 36, Barcelona, 1997. De izquierda a derecha: Conxa Pérez, Rosa Cremón, Enriqueta Gallinat, Manola Rodríguez, Trinidad Gallego, Carme Casas, Victoria Carrasco y Maria Salvo.
Foto de grupo en la prisión de Amorebieta. 01/07/1941. Fiesta en el patio -nevado- de la cárcel, Trinidad se distingue en la ultima fila por su alta estatura y su disfraz de «mora», que le cubre el rostro hasta la nariz. Archivo personal de Trinidad Gallego Prieto.
Foto de grupo en la prisión de Amorebieta. 1940 ó 1941. Trinidad, de pie y con bata blanca, es la segunda por la izquierda. Archivo personal de Trinidad Gallego Prieto.
Trinidad Gallego con su madre y su abuela. Prisión de Amorebieta, 1941. Archivo personal de Trinidad Gallego Prieto.
Retrato de Trinidad Gallego, en el antequirófano de la Unidad Militar de la XVIII División, Madrid, 1937. Archivo personal de Trinidad Gallego Prieto
Trinidad Gallego en el hospital de sangre habilitado en el Clínico de Madrid, con su compañera Purificación Jiménez y «Trampatojo», 7-11-1936. Archivo personal de Trinidad Gallego Prieto
Trinidad Gallego Prieto. Entrevistas, testimonios y estudios
“Trinidad Gallego: una Dona del 36”, por Fernando Hernández Holgado. En LEONÉ, Santiago y MENDIOLA, Fernando (coords.): Voces e imágenes en la historia. Fuentes Orales y Visuales: Investigación histórica y renovación pedagógica. UPNA. Iruñea, 2005
«Matronas víctimas de la guerra civil española», por Dolores Ruiz-Berdún y Alberto Gomis. En Asclepio. Revista de Historia de la Medicina y de la Ciencia, 68 (2), julio-diciembre 2016